Por lo que he investigado, en el mundo de la Psicología, mucho se habla de la violencia familiar que se presenta en las vidas de los Efectivos.
Pues bien, se ve que sólo se busca obtener alguna mejora sobre este tipo de "resultados", a veces muy violentos y que, no deberían ser.
Pero, ¿Por qué no comprender y ayudar y solucionar todo desde antes de que la violencia suceda?.
¿Por qué no ponerse en la piel de ese Efectivo que acaba de llegar de una Misión y comprender cuáles son sus verdaderas neccesidades?.
Presentemos un panorama de lo que puede pasar con un Efectivo que recién llega de una Misión:
* Cansancio general y un montón de diferentes ganas que no están en órden:
* Emociones enocntradas, por un lado, el regreso a "casa"?, y todas las otras emociones acumuladas en su experiencia. ¿Cómo conjugarlas?.
Y así, muchas otras situaciones que, el Efectivo, tiene que ver cómo "regular" esas distintas "adrenalinas".
* Tratar de ser "amable" y correcto con su "nuevo" entorno y demostrar que , aquí, no ha pasado nada. Las preguntas de gente que no entiende.
* Estar en una cama limpia y mullida y que no tiene nada que ver con la cama de campaña o, el mismo suelo, donde se tuvo que dormir.
* El estar de nuevo en casa, linda "jaula" de cemento, cuando se ha estado viviendo, a veces, en lugares abiertos y donde le tocaba la noche.
* La tensión de estar "alerta" para todo y, hasta extrañar esos ruidos que tensaban la existencia y que, ahora, se "extrañan".
* Tal vez, estar en tensión por, tal vez, algún hijo pequeño que rompe el llanto por vaya a saber qué. Y el desconcierto de que es un llanto, pero que no es el llanto que escuchó en su Misión, tal vez de un niño herido, o de aquel que lloraba porque encontró a su familiar muerto en una refriega de combate.
* Encontrar que su esposa puede soñar conque su esposo ha vuelto y que todo está igual que ayer. Y, ese Efectivo, que debe ser cariñoso y que no se "desprendió" de sus muchas situaciones de combate y que no puede, no halla el modo de poder explicar o, hacer comprender a su esposa, qué es lo que pasa.
Pienso que, antes de comenzar a "estudiar" al Efectivo que viene de una Misión, como una especie de "extraterrestre" al que no le se entiende su accionar; para ahorrar la tantas situaciones que se presentan tanto, en primer término, en los hogares y, después, en su lugar de trabajo, sería saludable crear una especie de "cámara-de-ambientación-para-el-Efectivo". Liberarlo de la gran presión de cambiar, de un día para el otro, tanto de geografía, costumbres a las que tuvo que adaptarse en el lugar que estuvo, etc. , y que, suavemente, pueda experimentar una "transición" de volver a "casa". Aliviarle la carga de estrés que genera ese cambio radical que, el Efectivo, ya comienza a experimentar cuando sabe que está regresando a "casa".
Por cada lugar que conocemos, no importa cuánto tiempo hemos estado... Ya volvemos con una mentalidad diferente; es respetable, nos pasa a todos, la clave está en que, el entorno a donde volvemos, comprenda esta nueva situación, ayude y nos nos mire como a "extraños", aunque ya lo somos. Muchas cosas, situaciones de lo que experimentamos, se nos hace difícil poderlo transmitir.
No, no siempre una Misión debe presentarse en combate, aunque siempre existe una especie de "combate" interior en cada uno de nosotros.
Por eso, el "Mundo" de la Psicología en general, junto a las Fuerzas intervinientes, deberían ver la posibilidad de crear una especie de programa de "Cuarentena de adaptación para aquel Efectivo que viene de alguna Misión".
ADRIANA A. GROSSI
PSICORIENTÓLOGA
11/09/11
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