La vez pasada, en un recorrido en ómnibus hacia el Centro, en vez de disfrutar del mismo, observando por la ventanilla; me puse a observar a los pasajeros.
Llamó mi atención un detalle que, asombrosamente, se repetía en cada uno de ellos: Las comisuras de sus labios se dirigían hacia "abajo". Lo extraño era que, las personas ahí presentes, contaban con distintas edades; pero, en todos, se repetía esa "modalidad-de-no-sonrisas-al-"vinagre"!.
En un principio, se podría atribuir a los efectos de la fuerza de la gravedad terrestre. Luego, pasé a la fase-tema "celular"; y, por lógica, con el tiempo; según la edad de la persona, los radicales libres hacen de las suyas y, las células, pierden tonicidad y los tejidos... se "estiran".
Bien, esos, podrán ser temas conocidos, por muchos, aceptados y ya está.
Pero... Quiero ir más allá de esas pautas tan "conocidas-como-Leyes-inamovibles".
¿Qué pasa con nuestros pensamientos?.
¿Qué pasa con nuestra actitud ante la Vida?.
¿Y qué "permiso" nos damos para... Sonreír?.
Se puede ser responsables, aplicados, etc.
Pero... Una sonrisa de vez en cuando no nos quita "seriedad"!.
Entonces, ¿Qué sucede realmente?.
¿Estamos cediendo a la fuerza de la gravedad terrestre, o a la mala calidad de nuestros pensamientos?.
ADRIANA A. GROSSI
PSICORIENTÓLOGA
05/03/12
