"ANALEPSIS: "Tècnica que consiste en intercalar, en el desarrollo de una acciòn, pasajes
pertenecientes a un tiempo anterior".
Se le socia directamente con el sindrome de estrès postraumàtico ante un caso, una situaciòn que a una persona le impactò sobremanera.
Un momento que generò, en su mente, en su cuerpo, una reacciòn orgànica y una respuesta con varias "profundidades" de consciencia.
Por ejemplo: Una persona que experimentò una situaciòn que le dejò huellas, es como poder ver una marea calma; mientras, en su interior, està creciendo el "Tsunami" de emociones. Sòlo basta, a esa marea, tirarle una piedrita como para que, sin aviso y con toda su fuerza, se desate la "Tormenta" y todo se vuelve difìcil de controlar.
Ya conocemos los resultados de una situaciòn que alterò un "algo" en la vida de esa persona. Ahora, vamos a dedicarnos a identificar el mecanismo interno de su mente. Es como si, en ese mecanismo, con muchos pares de engranajes; la situaciòn provocò que algùn par de engranajes se detuviera, como trabado por una piedrita. El resto de los engranajes siguen trabajando a su ritmo pero, en algùn momento, y cada tanto, y por ciertas condiciones; el par de engranajes obstruido afecta al resto y genera problemas.
Comunmente, la mente, en su constante ejercicio de la experiencia perceptiva, tiende a adoptar la forma màs simple posible para identificar un resultado; como ser: Si observa una imàgen a la que le falta de completar su conjunto, la mente tiende a "agregar" los elementos faltantes.
Ahora bien, ante una situaciòn considerada "fuerte" e imprevista; ademàs de la impresiòn de lo captado en ese momento; la mente, primeramente, intentarà si no borrar, por lo menos "anestesiar" el impacto emotivo y tratarà de "encubrir" el recuerdo. Pero, todo eso, està bien guardado en el subconsciente, y ya incorporò una especie de "molde-emociòn-reacciòn" que se activarà con situaciones similares.
La parte consciente, intentarà y creerà que, a esa situaciòn "fuerte" que experimentò, de algùn modo, le creò una "distancia". Pensarà que el paso del tiempo "curarà", de algùn modo, esa herida... Que, aunque no quiera o no comprenda, segui`ra abierta con su sordo dolor.
La persona, ìntimamente, sabe que, aunque haga terapias, ejercicios, etc.; se estarà "mintiendo" en todo el proceso y, siempre, estarà a la defensiva y espectante para ver en què momento la recurrencia de lo sucedido le "salte" a sus sentidos y vuelva a revivir "eso" vivido.
En realidad, lo que màs le agota y le està desgastando, ya no es tanto lo que viviò; sino, la constante incertidumbre de còmo vaa reaccionar, esta persona, ante un nuevo "revivir" aquel momento.
Y la mente, ante el temor de que hayan repeticiones màs frecuentes de esa situaciòn, comenzarà a reforzar la tendencia a retraerse del entorno con la esperanza de: "A menor contacto con lo externo, menos probabilidades de que se repitan los "embates" del recuerdo.
El secreto, està en identificar, lo antes posible, esa mala y desviada pràctica de ostracismo, que intenta parecer lo màs acertado para su actual "superviviencia"; y que, la persona, intentarà enroscarse hacia sì mismo, "atesorando" esa piedrita que detiene ese par de engranajes, para transformarla en la màs primorosa perla-de-la-soledad.
Lo que comunmente genera esta repeticiòn-de-situaciòn-emociòn-imàgen vivida, radica en que, cuando esa situaciòn sucediò, màs que la sorpresa de ese impacto, es no haber comprendido, identificado el còmo, el cuàndo y el por què de todo eso.
La recurrencia es un esfuerzo interno que està realizando el consciente para "rescatar" del insconciente, que lo registra todo, algùn indicio, si no todos, que le ayuden a identificar el motivo real de lo sucedido.
Por eso, es importante para el profesional que trate a esta persona, comprender de este vital mecanismo mental para poder comprender què le està pasando y buscar y encontrar el modo en que, esa persona, logre unificar esos dos "tiempos", el actual y el pasado, en una equilibrda comprensiòn de la situaciòn.... Y sin psicofàrmacos!.
ADRIANA GROSSI
13/06/12
ES IMPORTANTE QUE TODO EFECTIVO, ADEMÁS DE SU INSTRUCCIÓN MILITAR, SE SIENTA APOYADO, CONTENIDO, PROTEGIDO; "EMPUJADO" HACIA TODOS SUS POTENCIALES CREATIVOS, PARA SER Y SENTIRSE SEGURO, PLENO Y FELIZ
miércoles, 13 de junio de 2012
domingo, 10 de junio de 2012
EFECTO RESIDUAL DEL ESTRÉS POSTRAUMÁTICO
Debemos tener en cuenta, primeramente, con qué medios contamos para identificar los síntomas de estrés postraumático en una persona.
Una vez logrado esto, el
profesional debe tener la capacidad, el arte, la sutileza y el respeto como
para ir "franqueando" todas y cada una de las "vallas"
psicológicas de la persona que se encuentra en esa situación. Es más, no todo
profesional puede estar capacitado como para enfrentarse a este reto: Tratar a
una persona con estrés postraumático.
A medida que a una persona, que
experimentó algún tipo de estrés postraumático, le va pasando el tiempo; se
presenta la peligrosa ecuación: A mayor tiempo cargando todo ese bagaje de
experiencias traumáticas, mayor riesgo a que esté más que lejos de su curación.
Hablo de curación porque sí es
posible, no importa su profundidad en la mente, el impacto acumulado por esa o
esas experiencias. La persona, sí puede salir a flote, perfectamente, y retomar
el curso de su vida, y sin secuelas. El secreto, es que el profesional que le
atiende, esté consciente y preparado para sortear esa carrera de obstáculos
mentales de esa persona y lograr levantarle la mano, con triunfo, y que esa
persona compruebe y reconozca que lo logró!.
Todo tratamiento tiene y puede
lograr maravillas. El arte, es tener el conocimiento total de todas las facetas
de conducta que se pueden derivar sobre la sintomatología.
Sólo lo que se conoce, se
comprende; y, lo que se comprende, da las herramientas justas para conseguir un
muy buen resultado.
En cuanto la persona que ha vivido alguna experiencia
traumática, está en la capacidad del
profesional para poder detectar los síntomas entre lo que expresa la persona,
lo que se observa de ella y lo que realmente está necesitando. Los
"mensajes" de auxilio, son infinitos; la capacidad de detectarlos,
por parte del profesional, depende de su preparación para responder, captar qué
es lo que realmente está pasando a esa persona.
Visto de un modo
"externo", el profesional puede identificar, a primera vista,
algunoas características sencillas: Conductas evasivas como: "No quiero
hablar", "No quiero recordar", "No me pregunten", etc.
Pero, esa persona, justamente, lo que niega, es lo que más tiene
"fresquito" y a flor de piel!. Es como estar ante una persona con
quemaduras de tercer grado!.
Esa persona, que no comprende
lo que le está pasando. Lo siente pero le está pasando, y, a la vez, no sabe
cómo reaccionar, a quién recurrir y, lo más importante: Si será
"escuchado". De seguro que recurrirá a "muletas"
perniciosas como las drogas, el alcohol, etc. Se tornará agresivo, esquivo,
silencioso porque, está experimentando algo terrible: El abandono.
También, está en el bien
preparado profesional el identificar qué está realmente pasando en el interior
de esa persona, teniendo en cuenta su actividad, que es lo más importante,
sino, no hay tratamiento que "funcione". A cada quién... Su
tratamiento. Una cosa es lo que se informó, estudió, investigó el profesional
sobre la sintomatología en cuestión. Otra, muy diferente y más que
importante... Que la comprenda!.
Por ejemplo, a un Efectivo que
viene de una Misión, que tuvo una serie variada de experiencias conocidas,
esperadas e inesperadas, y demás; se encuentra que vuelve a su lugar de origen,
con un ritmo de actividad a la que todavía no se ajusta; y, a veces, hasta que
no comprende, le invade una sensación de vacío. Es como un post-parto. El tener
que "desprenderse" de su mayor motivo de atención.
Ese "vacío", es el
que le arrastra a un montón de sentimientos encontrados y a muchas preguntas
sin responder.
Repito, sólo el profesional que
comprende, realmente, el mecanismo, puede lograr sacar a flote a esa persona.
Ya no sirve lo leído, lo estudiado, lo aprendido. Es estar con esa persona con
estrés postraumático que está necesitando ayuda, comprensión y la respuesta a
todo lo que está "bullendo" en su interior que quiere y no quiere
"salir".
No, aquí no corren las
sugerencias sencillas de terapias de grupo, yoga y demás. Aquí, se está ante
una persona que está necesitando atención personalizada y completa. Además, en
este tipo de sintomatologías, hasta es más que peligroso si el profesional
intenta recurrir al "disfráz" del psicofármaco. No existen
pastillitas "mágicas; y, menos, en los psicofármacos!. Es más, se corre el
peligro de que el organismo de esa persona con estrés postraumático, no esté
preparada como para recibir el o los componentes de esa medicación.
El psicofármaco,
"disfraza" cualquier sintomatología y no permite, para nada, poder
identificar el grado de profundidad de daño en la mente de esa persona. A mayor
consciencia de la persona, mejor se puede identificar qué está pasando, qué
está necesitando y qué pasos seguir para su mejor solución.
Se supone que, ante una
situación de una persona con estrés postraumático crónico, todo es
"irreversible"... ¿Lo es?. Yo sé que no!.
Otro detalle más que
importante: La persona que está pasando por una situación de estrés
postraumático, necesita, antes que nada y más que nada, algo importante:
Privacidad!.
La falta de privacidad, si nos
fijamos, en todo tipo de paciente, le genera, a la persona a tratar, una
"marca" más perniciosa que cualquier otra cosa: El haber sido
"expuesto" ante "extraños", la humillación de ese tipo de
"manoseo" a toda luz de, justamente, esa situación que le es
"privativa". Y, el profesional; aquel que tiene respeto por su
profesión y por la persona a tratar, tiene que tener la delicadeza de no sumar
un daño peor al ya presente daño al que se vió invadida la persona a tratar.
Eso, y mucho más, lo sabemos
quienes pasamos por el estrés postraumático.
ADRIANA
GROSSI
10/06/12
domingo, 3 de junio de 2012
ATENCIÓN
ATENCIÓN
ATENCIÓN: "Aplicación intensa de los sentidos".
Más de una vez, ha pasado que
hacemos algo, cualquier cosa, mientras
nuestra mente está ocupada en cualquier pensamiento más allá de lo que
hacemos.
Es así que, si habíamos
colocado algo en algún lugar... Luego, cuando lo necesitamos, resulta que nos
podemos, por más intento que hagamos, recordar a dónde lo colocamos.
¿Qué significa esto?.
Que cometimos el mal ejercicio
de no prestar atención!.
Aunque, más de una vez,
pretendamos creer que estamos dominando todos nuestros actos, pensamientos y
demás... Si no hemos prestado atención
en lo que hacemos...Ay!. Se nnos presentará desconcierto y una abundante
pérdida de tiempo.
Ante este mal ejercicio de no
prestar atención; detengámonos a identificar que todo lo que hagamos, veamos y
demás, está prolijamente "guardado" en nuestro subconsciente: Extraño e interesante
lugar de nuestra mente que actúa como un gran "depósito-de-información",
que vamos acrecentando en nuestros "cada-día".
Sentimientos, olores, sabores,
texturas, etc. Y... Lo más importante: Todas y cada una de nuestras acciones.
El consciente, se remite a lo
externo y a las acciones constantes... Entre ellas, la atención; que, nos es
útil cuando concentramos nuestros sentidos en todo lo que hagamos, poco o
mucho, agradable o no. Pero... Quien "recuerda" y atesora... es el
subconsciente!.
La atención es una posibilidad
prodigiosa que, sabiéndola usar, nos permite lograr propósitos, hasta más allá
de lo esperado y con marcados y excelentes resultados.
Ante cada situación que se nos
presenta, primeramente, observemos cuál es nuestra principal sensación; luego,
prestemos atención y dispongámonos a la acción!.
La atención, es esa condición
sublime a la que entramos en el fascinante mundo de la observación; pero no
sólo con el sentido de la vista; sino, con todos los sentidos a la vez!.
Por ejemplo, estamos ante una
situación de "primera-vez-que-hago-esto-pero-lo-debo-hacer".
¿Me retiro?.
¿Lo rechazo?.
¿Lo hago así nomás, como para
cumplir, o... Me dispongo a prestar atención ante lo presente y busco su mejor
solución?.
Si estoy en una clase, o con
una persona, etc., dedicar ese momento a lo que está presente y prestar
atención. Una, por respeto; otra, que a la corta o a la larga, de algún modo
deberemos responder a eso presente y, nuestra respuesta, demostrará si
prestamos atención.
El ejercicio de la atención
tiene que ver, en todo momento, con el aquí y ahora.
Muchas veces, nos detenemos en
"porciones-del-pasado", sufriéndolos, a lo mejor
"degustándolos" y, las más de las veces, "perdiéndonos" en
situaciones que, quizás, no tuvieron respuestas y nos "desplaza" de
todo lo que hagamos, pensemos y digamos en el aquí y ahora.
O, peor aún,
"suspendernos" en posibles e inciertos "futuros" que nos
sabemos qué resultados tendrán.
Ahora bien, es muy saludable
tener proyectos, pulirlos, mejorarlos, si amerita y demás. Pero sin apartarnos
de la atención del aquí y el ahora, que es con lo que realmente vamos a forjar
nuestro futuro, justamente afianzando el ejercicio de la atención.
Paso a comentar un ejemplo,
simple e interesante, para tener en cuenta:
Hace poco, asistí a una presentación
de un Operador de Turismo. Consistía en que, cada persona visitante, debía
acercarse al escritorio correspondiente al representante de cada Hotel
invitado, que ofrecía información de los servicios del mismo. Habían muchos
escritorios.
Sobre el muro del final del
salón, una pantalla proyectaba imágenes de la geografía donde estaban
emplazados dichos hoteles, representados en ese evento.
Se escuchaban las voces
mezcladas de los representantes, explicando las bondades de "su"
hotel; las voces de los visitantes realizando preguntas a los mismos; y, más
luego, veo que la señora mayor, organizadora del evento, toma un micrófono y
comienza a hacer comentarios de los hoteleros presentes y, mucho más al final
de su exposición, el agradecimiento de la participación de todos los allí
presentes... Y, sin contar con aquellas personas que se saludaban entre sí...
A ver... Todas esas personas,
¿A qué o a quién prestaron atención?.
El cerebro humano puede lograr
maravillas; pero, ante ese desordenado "bombardeo" de estímulos...
¿Qué reservó como información?.
Su parte consciente
"saltó" de un estímulo a otro; su subconsciente, "registró"
todo.
El prodigio, es identificar, la
persona, ¿A qué le prestó mayor atención?.
En un primer momento, registró
todo aquello que le generó mayor impacto a sus sentidos:
* Las personas, si las conocía
o no.
* Si era su primera vez en una
situación social-laboral de ese tipo.
* Las vestimentas.
* Los sonidos.
* La iluminación.
* La temperatura del lugar.
* Si estaba a gusto.
* Si le gustaba el lugar.
* Si le gustaba el evento.
* Si conocía el tema de lo que
se trataba.
* Si tenía hambre.
* Si tenía sed.
Según el porcentaje de éstos y otros detalles
va a representar nuestro grado de atención.
Si algo nos interesa,
prestamos mucha atención.
Pongamos atención en todo... Y,
más aún, en lo que no nos interese; y, justamente así, lograremos tener un excelente
y parejo grado de atención en todo lo que hagamos.
ADRIANA GROSSI
PSICORIENTÓLOGA
03/06/12
Suscribirse a:
Entradas (Atom)